Israel: "Recuerdo que..."

Dar un paseo de aproximadamente 60.000 km en nueve meses no es precisamente lo que aconsejan los médicos, y visitar 40 países en ese mismo periodo de tiempo puede que sea una locura, pero será sin duda la locura más razonable de mi vida. Veo y escucho tantas cosas nuevas todos los días, que asimilarlas requiere el esfuerzo de un trabajo de 70 horas semanales (...no, no me quejo de la explotación laboral llevada a cabo por Els Rodamons).

No es que fuera fácil resumir el viaje sobre un papel o una página web, pero asimilar toda la información que sobre la carretera me llega a diario, es prácticamente imposible. Siempre supe que el viaje sería rápido, pero las cosas sobre un mapa se ven completamente diferentes a como se ven encima de un autobus.

En apenas 30 días hemos atravesado Marruecos, descubierto el “estado” saharahui, sufrido y disfrutado Argelia, echado un vistazo a Túnez, cruzado el río Nilo, y asombrado con Etiopía, de Adis Ababa a Wukro...

...y yo Puerto Real, los amigos olvidados, el kiosco Oca, los bocatas de “choripanceta”, Marrakech y los guías porque sí, Jammal El Fna (y nuestras fades madrinas), Fes sin perdernos, el té, los curtidores, el té, los taxis y el negocio, y el té, la harira, el mar de plástico y el mar Mediterráneo, Orán, el Ramadán, a los refugiados y su espejismo de estado, las moscas, las jaimas, la Hammada, a los que niegan, a los que esperan y a los que hacen oidos sordos, Smara, el agua mineral, el “amargo”, el “dulce”, y el “suave”, a los que se sintieron engañados con la paz, a los que aun guardan rencor, a los que crecieron en Cuba, los cibercafes, Bendir -un camello del desierto-, el Sahara de noche y de día, a los que sobrevivieron por suerte y mueren esperando, a Pasto, a algunos cooperantes (...uff, déjame coger aire), y Argel, y a los ladrones y a los policias, a la gente que te ayuda por nada y a la que lo hace por todo, las fronteras y los papelitos de las fronteras, un Carrefour en Túnez, la Coca-Cola en todos los sitios, a las mujeres sin velo y a las que llevan burkha, las joyas de Tutankamon y la Paleta de Narmer, las pirámides de noche y de lejos, pero las piramides, la acogida salesiana, a los cristianos católicos, a los critianos ortodoxos, a los cristianos coptos, a los otros cristianos, a los musulmanes, y a los ateos en todos los sitios, el futbol egipcio y el etiope (¡y la verdad es que no se como va el Barca!), a los mejores cocineros y a los que apenas pueden cocinar, a Angel, y a aquellos que me enseñan a tocar el ´crar´ sabiendo que yo no nací para ello, a Aleku, a Jordi, a Abeba, a los que se quedaron a allí y a los que vienen conmigo, a Els Rodamos, a ´´Ama´´, y a todo y todos aquellos que se me olvidan y que recuperare cuando lea todo lo que escribo, pues ahí espero que tengan un hueco.

Son tantas cosas que apenas puedo evitar que me desborden, aunque aun peleo duro con mi diario. ¡Pero he perdido ya la cuenta de los golpes que me ha encajado ya! Mi capacidad para prestar atención y mi memoria tiene mucho mas trabajo del que son capaces de soportar. Quienes mejor me conoceis sabeis de que estoy hablando, asi que no me tengais en cuenta cuando vuelva y os cuente como en Los Angeles todo el mundo te para sonriendo, te pregunta de dónde eres, e insiste para invitarte a su casa a tomar un té; o cuando dimos aquel paseo por Smara, justo antes de que se hiciera de noche, y crucé el Nilo por primera vez en mi vida; o mira lo que hicieron estos nicaragüenses, que les dio por ocupar Estados Unidos cuando México se lo cedió injustamente después de muchos años de colonización; o que gordos que están estos de Addis Ababa con tantas hamburguesas y comida basura...

Bueno, supongo que ya sabeis que tengo la memoria de un grillo, y aquí ocurren demasiadas cosas...